Muchos creen que el problema empieza cuando la máquina deja de funcionar. Pero para quienes llevamos años enfrentando sistemas complejos, el verdadero desafío es detectar el fallo antes de que ocurra.
En uno de los últimos trabajos, una empresa me llamó por una parada inesperada en una línea de producción. El motor parecía intacto, pero al abrirlo encontré pequeñas variaciones de temperatura en el bobinado, acumulación sutil de polvo conductor y una vibración apenas perceptible en el eje. ¿La causa? Un desequilibrio dinámico que no se detecta a simple vista, pero que con el equipo adecuado y experiencia acumulada se convierte en una señal clara de desgaste progresivo.
Este tipo de intervención no solo evita que la línea se detenga por completo, sino que reduce los costos operativos y previene daños mayores.
Si te dedicás al mantenimiento industrial o tenés maquinaria crítica, mi consejo es simple: escuchar a las máquinas antes de que griten. Con instrumentos de diagnóstico, un buen registro histórico y lectura técnica, el mantenimiento deja de ser reactivo y se vuelve estratégico.
Seguiremos compartiendo casos reales, métodos y aprendizajes. Si tenés consultas o querés que analicemos tu situación, podés escribirnos desde la sección de contacto.
— Rafael Peñafiel


