El diagnóstico empieza con la primera pregunta, no con la primera herramienta

Uno de los errores más comunes que encuentro en campo es la intervención apresurada. Se cambia el componente sospechoso, se chequea el fusible, se reinicia el sistema… pero nadie se pregunta por qué falló.

Hace unos meses atendí un sistema de ventilación industrial que había dejado de funcionar tras una actualización eléctrica. El equipo parecía intacto, los controles estaban en orden. Lo curioso: el fallo se dio tres días después, no inmediatamente. Eso me llevó a revisar el esquema completo de puesta en marcha.

Encontré que se había modificado el orden de secuencia entre relés, generando una saturación en el arranque que no se manifestaba de forma directa. Era un problema de lógica técnica, no de componente roto.

Ese tipo de situaciones me recuerdan que el diagnóstico no empieza con herramientas, sino con interpretación. Entender el sistema, su contexto y sus antecedentes es lo que marca la diferencia.

Este blog es mi forma de compartir esa forma de pensar. Porque en técnica, como en medicina, el mejor resultado comienza con un buen diagnóstico.

Rafael Peñafiel

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